En un intervalo de dieciséis días, entre el fin de agosto y comienzo de septiembre, centenas de educadores y activistas de las educaciones alternativas tuvieron dos grandes oportunidades de encontrarse, conocerse y comprobar que, definitivamente, existe otra educación posible siendo construida por todos los lados de este continente.

A SEA (Semana de las Educaciones Alternativas de Bogotá) y la CONANE (Conferencia Nacional de Alternativas para una Nueva Educación) reunieron centenas de personas para conversaciones y debates en torno a las maneras no tradicionales de pensar y hacer educación. Inclusive en la CONANE siendo un encuentro nacional, estuvieron presentes educadores de otros países, fortaleciendo la red latinoamericana con muchos intercambios de experiencias.

En el día 23 de Agosto se dio inicio la semana de Bogotá, evento organizado por la Reevo junto con la Secretaría de Educación del distrito. Allí se reunieron personas de 17 países, de los más variados proyectos: de representantes de secretarías y ministerios a colectivos que abordan la desescolarización, proyectos formales, no formales e informales; de los que ya tienen o quieren tener el reconocimiento del Estado, y de los que no están ni siquiera cerca de las regulaciones; colectivos, proyectos aún en formación, otros con muchos años de historia… Si pensamos que hace pocos años estas prácticas eran casi todas desconocidas, inclusive del público interesado en otras formas de educación, la oportunidad de tal encuentro muestra cuanto caminamos para articular, conectar y promover las experiencias alternativas al sistema tradicional. De la marginalidad al mirar atento y curioso de padres, educadores y estudiantes, las alternativas se convirtieron, definitivamente, parte del debate educativo.

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Las actividades de la semana fueron realizadas en diversos espacios y formatos. Comenzamos visitando escuelas y conversando con estudiantes y profesores. En la escuela a la que fuimos Yvan y yo, el lunes de mañana, nos sentamos alineados junto con los chicos para escuchar la presentación de la coordinadora. Después a otra que, por la manera de hablar, parecía una supervisora. Y era la misma. Luego de su discurso un poco rígido, llegó nuestro turno. Propusimos deshacer las hileras y sentarnos en círculo. Aceptaron. Preguntamos lo que venía a sus mentes cuando pensaban lo que sería una escuela alternativa. “Más libertad”, “más participación”, dijeron. Fuimos contando – Yvan de Politeia, yo de la Lumiar. “¿Cómo que no tienen pruebas?”, “¿cómo funciona eso?”, “¿cómo funciona aquello?”. Un chico recién llegado de Venezuela dijo que quería aprender gastronomía en la escuela; otra se preocupaba con los contenidos: “¿Cómo voy a saber si aprendí sin una nota?”. La supervisora, en ronda, cambió el tono, preguntó y quiso saber más. La juventud se fue soltando, poniéndose a gusto, curiosos. “¿Y si no tenemos una escuela así, qué podemos aprovechar de eso?”. “¿Dónde más podemos practicar la participación y la libertad de elección?”.

“¿Pero y si, inclusive teniendo otras oportunidades, la persona sigue haciendo lo mismo?”. El ejemplo de la Escuela da Ponte, que por muchos años recibió a jóvenes expulsados de otras escuelas y que en más de 40 años nunca expulsó a nadie, nos hizo reflexionar sobre si existe de hecho una “segunda oportunidad” en un ambiente sin escucha, sin respeto, sin libertad, sin participación.

Al día siguiente, en el Centro de Memoria, otra conversación, esta vez con chicos y chicas de un programa para jóvenes en situación de vulnerabilidad social. Concordábamos en todo, pero un adolescente quedó intrigado cuando dijimos que no había expulsión, que el interés y el cuidado con cualquier persona era incondicional, que simplemente con cerrar la puerta no resuelve el problema. “¿Pero y si, inclusive teniendo otras oportunidades, la persona sigue haciendo lo mismo?”. El ejemplo de la Escuela da Ponte, que por muchos años recibió a jóvenes expulsados de otras escuelas y que en más de 40 años nunca expulsó a nadie, nos hizo reflexionar sobre si existe de hecho una “segunda oportunidad” en un ambiente sin escucha, sin respeto, sin libertad, sin participación.

Los días siguieron, con mesas de debates, paneles, presentaciones, discusiones, discordancias, puntos en común. ¿Es posible pensar en educaciones alternativas dentro del Estado? ¿Completamente fuera del Estado? ¿Tiene sentido discutir esto dentro de un evento organizado por el Estado? En el fórum latinoamericano compartimos la situación en cada país. En Puerto Rico existe el interés en transformar el sistema educativo teniendo a Nuestra Escuela, de Ana y Justo, como referencia. Pero hay contradicciones, la propuesta de privatizar el sistema de enseñanza y todo lo demás. En México, con ese gobierno no queremos que nos legitime. Brasil aparece como un caso raro, casi de excepción, con experiencias públicas y con la presencia de Helena Singer en el Ministerio, abriendo más posibilidades para la transformación de las escuelas. En Bolivia existe un comienzo de diálogo, en Guatemala decenas de colectivos de jóvenes buscan construir otras posibilidades. De Paraguay fue una representante a descubrir más sobre el asunto pues aún no existen experiencias. En Argentina existen muchas, algunas con reconocimiento, otras trabajando fuera de la legislación; si el Estado quiere dialogar pues bien, si viene a entrometerse en nuestra práctica lo mandamos a la mierda, dijo Ginés.

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Días intensos. Sobraba poco o ningún tiempo para asimilar tanta información, y cinco días después del regreso a Brasil, CONANE. Sábado, 05 de Septiembre. Centenas de personas reunidas en el Barrio Educador de Heliópolis, São Paulo. Durante los tres días, mesas por la mañana y rondas de conversaciones a la tarde. Conversaciones en los corredores, tendedores de experiencias, conversaciones en las afueras. La Reevo participó de la primera mesa junto con otras redes, y durante el evento algunas personas vienen a hablar, a presentar proyectos. ¿Ah, ustedes son de aquella escuela de Paraty? Aparecen las personas de un colectivo de Niterói y hablamos en organizar un encuentro en Río de Janeiro con otras iniciativas. ¿Cómo participar? ¿Cómo adicionarla en el mapa? Amigos de la Lumiar, de la Politeia, del Ancora; gente de Pé na Escola, Colegio Viver, Casa Redonda, Aprendiz; domingo, aparece alguien de la Cidade Escola, de São Miguel Arcanjo; hay gente de Tierra Fértil y también de Buenos Aires los amigos de los Bachilleratos Populares, y tantas otras historias presentes que no caben. Pero estaban.

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En el último día, en la mesa en que Ana Iris y Justo contaron la linda historia de Nuestra Escuela y todo su trabajo en Puerto Rico, Helena explica lo que está siendo realizado en el Ministerio de Educación, los grupos de trabajo formados para fomentar y producir conocimiento e información sobre escuelas y proyectos educativos innovadores, de las asociaciones con universidades para promover investigaciones junto con las organizaciones, y anuncia la Llamada Pública que será realizada para mapear y articular los proyectos que existen por el Brasil, dando más visibilidad a las formas alternativas de educación. La propuesta del MEC, explicó, es que parta de las escuelas –profesores, estudiantes, padres y comunidad- el deseo de transformar estos espacios, ya que la ley de 1996 garantiza autonomía a las escuelas. Pero eso es asunto para otro texto, lo que importa es que, en términos de política pública, es un momento propicio y posiblemente decisivo para la transformación de las prácticas educativas en el país.

Todo eso en poco más de dos semanas. Sin contar que, cuatro días después, comenzaba el Educación 360, en Río de Janeiro, reuniendo educadores de varios lugares para conferencias y debates sobre el tema; o que en el mismo fin de semana que comenzaba la SEA, la Reevo participó de la Conferencia Regional de Concientización Social, en Itapira, São Paulo, que reunió iniciativas de diversas áreas para dialogar y pensar propuestas para la región; y que en la próxima semana comienza la Virada Educación… Pero esas son otras historias. Seguimos.