La familia Bosch-Pérez viaja por el mundo conociendo y visibilizando proyectos de Educación Alternativa . En la ciudad de Villa Alemana- Chile, se acercaron a un espacio que propone metodologías respetuosas hacia las diferentes formas de aprendizaje ; se trata de la Escuela libre y feliz Ceteci, que además vincula a la familia en el acompañamiento de los procesos de sus hijos desde la constancia y el compromiso.

Es un caluroso día de verano y nos dirigimos a Villa Alemana (Chile). La Escuela Libre y Feliz Maria Lefebre Lever abre sus puertas para recibirnos.  Aprovechan que vamos de visita para convocar un encuentro de niños y familias veteranas con las nuevas incorporaciones para el próximo curso escolar.

Hace un par de meses tuvimos ocasión de coincidir con Paloma y su marido, Ramón, en un conversatorio sobre educación alternativa en Punta Arenas (sur de Chile) organizado por Victor Aguilar de la Agrupación La Vecindad. Como en tantas otras ocasiones, la idea de abrir una escuela con una metodología propia surgió de la imposibilidad de encontrar una escuela jardín para su hija Canela. Buscaban, ante todo, una escuela respetuosa con los niños y sus procesos naturales de aprendizaje e integrada por familias comprometidas en la cocrianza. La falta de proyectos con estas características, la formación profesional de ambos (magíster en educación y especialista en apego, ella, y asistente social él)  y la experiencia y la trayectoria en el ámbito educativo de Verónica (madre de Paloma) dieron lugar al nacimiento en 2012 de un proyecto que hoy en día acoge 20 familias.

Verónica, la matriarca que lidera el proyecto desborda vitalidad y alegría. Nos recibe con una generosa sonrisa y un afectuoso abrazo de bienvenida. Ella es la autora principal de la Metodología Lefebre Lever (en honor a su abuela paterna) que inspira a numerosos proyectos educativos alternativos distribuidos por latinoamérica. En la actualidad ya son 60 las personas que se han diplomado en los diferentes cursos impartidos.

El equipo de “parteras educativa” lo completa la otra hija de Verónica, Tamara. Las tres son mediadoras del Método Lefebre Lever. Las vemos desenvolverse dulcemente entre los niños, acompañando las diferentes actividades propuestas (según el momento del día) y siempre atentas a toda posibilidad de asistir un parto educativo. Se trata de ir tirando del hilo de la curiosidad del niño de manera que éste vaya generando aprendizajes sobre los temas que de manera espontanea suscitan su interés.

Con todo, garantizan el cumplimiento del currículum del Ministerio de Educación chileno. Aunque el Método Lefebre Lever se caracteriza, entre otras, por la ausencia de calificaciones, el uso de terapias complentarias como herramientas didácticas para la implementación de los contenidos (yoga, meditación, reflexoterapia, risoterapia, cuentoterapia, pachamamita… ), los talleres de filosofía y las salidas de investigación y naturaleza exploratoria.

La escuela se ubica en la casa familiar y está dotada con un gran surtido de material escolar principalmente proviniente de donaciones voluntarias.  El espacio es reducido pero la intensidad de las relaciones es inmensa. Las mañanas se inician con música y yoga, alternando ejercicios de concentración y activación cerebral y corporal. Los ejercicios se complementan con mantras que repasan conceptos del currículum (números, animales, astros,…). Verónica tiene igual de claros los beneficios de la ternura, la meditación, las terapias complementarias… como las bases neurológicas que los sustentan.

Especialmente interesante y significativo es uno de los momentos finales de esta actividad grupal, cuando los niños tienen un espacio para expresar sus inquietudes, sus miedos, sus alegrías. Un espacio que aprovechan con una naturalidad que muestra la estrecha relación que han establecido con sus acompañantes adultos. La angustia de saber que el padre estará fuera de casa una temporada, el miedo por lo que le pueda pasar a una querida mascota, la tristeza que provoca una amistad rota,… son expresadas con franqueza por los niños y niñas y vehiculadas por las mediadoras de manera que éstos ven sus emociones acompañadas, compartidas. Unas simples palabras y la cara de la niña que añorará tanto a su padre se transforma.

Otro momento importante del día es el de la colación (comida). Son los propios chavales los que “invitan” al resto a unirse a ellos alrededor de la mesa o de un mantel extendido en el suelo del patio de la escuela. Allí los adultos acompañan a los niños a la misma altura y están atentos, como todo el día, a esas conversaciones aparentemente inocentes que pueden dar pie a una reflexión, a un debate en el que son los propios niños los que van elaborando el discurso y el conocimiento, con sutiles empujones de las parteras, con pequeños trucos para que se produzca el alumbramiento, la iluminación, el aprendizaje.

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El proyecto ahora mismo se autosustenta mediante las cuotas de los alumnos (disponen de un sistema de becas anónimo), donaciones (a menudo en forma de material educativo) y colaboraciones por parte de parteras en prácticas y de los propios padres y madres de los alumnos. Aún así la situación económica sólo permite cubrir gastos y no llega para pagar el sueldo completo de las parteras, que completan su jornada laboral en el centro de terapias Ceteci y otras ocupaciones.

En esta misma ocasión tuvimos la oportunidad de visitar un nuevo proyecto que abrirá sus puertas este próximo marzo. Uno de los primeros que nace aplicando íntegramente la metodología Lefebre Lever. Se trata de la Escuelita Libre-Inclusiva Ayekam, que cuenta con una mediadora, Clo Quiroz, especializada en atención diferencial a niños con necesidades educativas especiales.

Nuestra visita a la Escuela Libre y Feliz Maria Lefebre Lever responde al interés de continuar acercándonos a una manera de hacer escuela más íntimo y respetuoso con los ritmos naturales de los niños. A la voluntad de contribuir a dar visibilidad a proyectos de tales características. Y, sobre todo, al deseo de aprovechar nuestro viaje en familia para vincular niños y niñas de diferentes partes del mundo. Sin duda, ha sido un placer descubrir este bello proyecto y la familia que lo integra. Marchamos sabiendo que el fuerte cariño que sentimos es recíproco y haremos todo lo posible por facilitar la vinculación con alguna de nuestras Escuelas Amigas.