¿Y si la ciudad fuese un gran parque de aprendizaje, lleno de vivencias pedagógicas, experiencias culturales y diálogos? ¿Será que efectivamente es posible caminar para una Educación profunda en el espacio escolar, capaz de transcender sus muros?
El sábado 17 de mayo del 2014, San Pablo fue parte de la experiencia de repensar la educación a través de más de 100 actividades artísticas, educativas y culturales distribuidas en la región de la plaza Roosevelt, centro de la ciudad. Se trató de la primera edición del “Virada Educação”, evento realizado en paralelo al conocido “Virada Cultural” y organizado por el Movimiento Entusiasmo.
Los espacios de actividad fueron las calles, plazas, bibliotecas y escuelas públicas (EMEI Gabriel Prestes, EE Caetano de Campos, EE Marina Cintra), una universidad particular (PUC), espacios de teatro (SP Escola de Teatro y Espaço grupo Satyros) y una casa ocupada por artistas (la Casa Amarela).
Niños, jóvenes y adultos mezclados, respirando la alegría de vivir, de pensar y crear una educación centrada en el estudiante, cultivada con amor, diálogos, arte y profundo respeto por la autonomía de las personas.
Los proyectos Pé na Escola y Caindo no Brasil propusieron un espacio a media mañana de aquel sábado en la Casa Amarela, llamado “el Árbol-Declaración de los Derechos Humanos en la Educación”. En ronda, conversamos sobre algunos derechos de aquella Declaración Universal de 1948 y pensamos juntos cómo sería una educación que en verdad se fundara sobre ellos.
La raíz de este árbol resultaron ser valores tales como: igualdad, respeto, diálogo, democracia, coraje, amor, diversidad y colaboración. ¿La semilla? La dignidad de la persona humana, el núcleo que origina todos los otros Derechos Humanos. La Educación fue considerada la savia, porque alimenta y vivifica todo el árbol, mientras que en el tronco se ubicaron los derechos: el de expresarse, elegir, el de participar, el de no ser discriminado, el de ser respetado en la individualidad, etcétera.
La copa del árbol (hojas, flores y frutos) estuvo formada por las acciones que cada uno de nosotros y los espacios educativos pueden realizar para tornar posible este sueño. Debates y asambleas escolares, intensa participación de los padres y de la comunidad, la valoración de todos los saberes, trabajar en ronda (romper con la estructura de rígida jerarquía entre profesor y alumno) fueron algunas de los tallos señalados por el grupo.
Luego de dibujar el árbol, plantamos un pitanguero allí mismo, en el jardín de la Casa Amarela, poniendo nuestra energía e intención en que crezca vigoroso, como este sueño colectivo de una educación profunda y transformadora. Una educación que cese en la insistencia de “llenar cubas” y avance en la búsqueda de “encender hogueras”.
Para más información, visite: viradaeducacao.me y facebook.com/viradaeducacao
Me gustó mucho esta estrategia!
Empezaré a desarrollarla en mi país, Colombia.
¿Cómo hago para saber más sobre esto?
Muchas gracias, y felicitaciones.
Hola, Sebastián! Gracias a ti por el comentario e interés. Podemos conversar más sobre la estrategia por correo electrónico, te parece? el mío es vanfpinheiro@gmail.com. Un abrazo, saludos de Brasil.
Hacerla posible en nuestro espacio, es la primera semilla.
Gracias por su semilla
Abrazos
Gracias, Mariela! Seguimos juntos.
Es la unica forma de romper con la tradicion clasisita , en la Educacion.
Romper nuestras propias estructuras viejas y las de nuestro alrededor. Sí, en esto estamos.
Felicitaciones….un gran incentivo de que se puede cambiar y aprender de una manera libre….me entusiasma la idea de poder concretarla en mi pequeño lugar