Alejandro Joos nos cuenta su experiencia en el 1er Encuentro Argentino de Activistas de Reevo realizado en Santa Fé, en la Escuela de la Nueva Cultura La Cecilia.

Un fin de semana diferente

Promediaba el mes de febrero cuando, durante el taller para activistas de Reevo, se conversó sobre la posibilidad de realizar un campamento en la Escuela de la Nueva Cultura “La Cecilia”, una experiencia alternativa ubicada en Monte Vera, provincia de Santa Fe. Aunque inicialmente los activistas no sabían muy bien cuál sería la propuesta, la idea suscitó mucho entusiasmo desde el comienzo.

Después de muchos preparativos, finalmente el equipo de Reevo viajó y se reunió durante el fin de semana largo del 22 al 24 de marzo. Algunos llegaron el sábado, otros el domingo y unos pocos, el viernes. El campus se llenó de visitantes, varios de ellos junto con sus familias. Los más pequeños tuvieron oportunidad de divertirse en las hamacas, toboganes y otros juegos, bajo el cuidado de algunas educadoras de la escuela.

Dos días intensos

El sábado a primera hora estaba reunido el equipo de Reevo e integrantes de “La Cecilia” en el salón de usos múltiples, el que sería el espacio de reunión principal… Aunque, a decir verdad, no fue el único –ni el primero. Previamente, el comedor fue otro gran punto de encuentro, en donde no solo se pudo disfrutar de sabrosos desayunos, almuerzos y cenas libres de carnes, alcohol y humo –en consonancia con las reglas de la institución–, sino que también dio lugar a charlas de todo tipo y temática.

Ambos días, sábado y domingo, fueron jornadas de intenso debate, para lo cual se empleó una metodología similar a la llamada open space. Los participantes propusieron temáticas que se agruparon en distintos ejes y, luego, se reunieron por separado para discutirlas. Mientras tanto, todos son libres de desplazarse de un grupo a otro si así lo desean. Más tarde, se pondrían en común y sacarían algunas conclusiones.

Se trataron muchísimos temas, a través de los que pudo apreciarse la complejidad y todo lo que abarca la educación en general y las propuestas alternativas en particular. Por mencionar algunos: definiciones conceptuales sobre educación, cultura y prácticas alternativas; el futuro de la educación; la exclusión y el elitismo en las alternativas; la coherencia entre el decir y el hacer de estas pedagogías; el rol del Estado en el cambio educativo; formación docente; reconocimiento estatal; etc.

Cada algunas horas, de la mano de María Thompson, se realizaban distintos juegos físicos de integración grupal, en donde hubo oportunidad de estirar el cuerpo y compartir risas entre quienes se sumaron a la actividad.

El segundo día, el intercambio dejó en segundo plano lo general y se centró más en planteos concretos, esta vez al aire libre y bajo el cálido abrazo de los rayos del sol. Al final de la jornada, los integrantes se comprometieron a iniciar acciones en las distintas áreas que Reevo necesita cubrir para cumplir su cometido: coordinación general, comunicación, formación, investigación, financiamiento y acciones territoriales. Si todo sale como se planeó, en los próximos meses se irán viendo algunos resultados del trabajo que se avecina.

El domingo por la noche, luego de la cena de despedida, se hicieron algunos juegos y –guitarra y bombo en mano– se interpretaron canciones de diversos géneros y ritmos, que los demás acompañaron cantando. Al día siguiente, algunos bien tempranito y otros más tarde, los activistas fueron dejando el campus de “La Cecilia”, de regreso a sus hogares, dejando atrás la calma y la calidez de la escuela y su gente.

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Colectivizar Reevo

Sin duda, fue un fin de semana diferente y una excelente oportunidad para integrar aún más ese grupo que se reúne todas las semanas en Buenos Aires para adentrarse en las distintas experiencias de educación alternativa y hacer crecer este proyecto que, aunque lo llamemos Reevo, en realidad esconde el nombre de cada uno de nosotros detrás de esas cinco letras.

Se incentivó la participación concreta y todos tuvieron oportunidad de expresar cómo podrían contribuir. Se propusieron futuras actividades y se seleccionaron las personas que estarán a cargo de cada una de ellas. Sin embargo, también es cierto que hubo tiempo desaprovechado y faltaron cosas muy importantes. Por ejemplo, en la insistencia por definir los objetivos fundamentales y futuros de Reevo empleando una metodología rigurosamente abierta de participación y debate, no hubo oportunidad de conocer los detalles y la modalidad de trabajo de una experiencia tan rica y digna de consideración como es “La Cecilia”. No obstante, de eso se trata este camino: de animarse, de reconocer nuestras fallas, de aprender de ellas y –sobre todo–, de seguir transitando juntos en busca de un objetivo común.